Los tres países sufren la violencia provocada por el narcotráfico y las pandillas dedicadas a la extorsión y el sicariato, los principales causantes de sus elevados niveles de homicidios.
Al cierre de 2017, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala reportó 5,384 muertes violentas, una reducción de 0.8 % en comparación al año precedente y menor al descenso anual de entre 1.5 % y 2 % que venía registrando desde 2010.
El Salvador acumuló de su lado 3,954 homicidios, 25 % menos que en 2016; y Honduras sumó 3,791 asesinatos, 26.4 % menos que el año anterior, según estadísticas policiales de cada país. En 2016, el Triángulo Norte había sumado 15,889 homicidios, distribuidos casi igualmente entre los tres.